Comparto y comento un artículo muy motivador que recibí hace poco. Las personas nos dejan de lado por tres motivos:
Primero, si no somos dignos de confianza. Trabajar con alguien en quien no confías es una experiencia desagradable. Perdemos la confianza de los demás cuando nuestros actos no son consecuentes con nuestras palabras, cuando anteponemos el beneficio personal al bien común, cuando retenemos información, mentimos o decimos verdades a medias y cuando somos intolerantes. La confianza es como un espejo: cuando se rompe, se puede volver a recomponer, pero normalmente se siguen viendo las grietas. Segundo, si somos incompetentes. No se inspira confianza por medio de nuestro carisma, sino siendo competentes, mi asesor de tesis en la Maestría decía una gran verdad: "no es cuánto tiempo se queden en el laboratorio, sino cuánto avancen el trabajo de investigación y los logros que se obtengan, ese escritorio está ahí todo el tiempo, pero no hace nada". No hay nada más frustrante que tener como autoridad a una persona incompetente, hace que se pierdan de vista los valores y la visión de la organización y todo gira alrededor de su comportamiento, si a su incompetencia le añades la dosis de histeria que generalmente les sirve para barnizarla, tienes el día hecho (a cuadritos). Si los empleados que trabajan para un jefe incompetente son muy buenos en su trabajo, entonces temerán continuamente que su jefe cometa errores; y si los subordinados no tienen mucha experiencia, no sabrán qué hacer, o el que se sienta más seguro se pondrá a dar las órdenes y "reemplazará" al jefe, "sin querer queriendo se volverá su brazo derecho", nada irrita más que uno de igual nivel se tome atribuciones que la incompetencia del superior le ha dado. En cualquiera de los casos, disminuye la productividad y decae la moral. Martín Luther King decía en uno de sus sermones: “si eres un médico, sé el mejor médico; si eres un zapatero, sé el mejor zapatero; si eres un basurero; sé el mejor basurero”. Me permito añadir: Y en todo lo que hagas pon tu máxima concentración, incluso para barrer debes concentrarte porque de lo contrario pasarás con la escoba, dos veces por el mismo sitio. Un consejo muy útil sobre hacer bien las cosas se encuentra en la Biblia: "Haz las cosas, no como para tí, ni para los demás; haz todo como para el Señor" (Col.3:23), entonces no te preocuparás porque te agradezcan y si no lo hacen no tendrás amargura.
Tercero, si somos inseguros. Los buenos líderes hacen dos cosas: forman a otros líderes y saben cuándo es tiempo que otros tomen el relevo. Los líderes inseguros nunca hacen eso. No quieren formar a otros para que desarrollen su potencial y lleguen a tener más éxito que ellos mismos. De hecho, no quieren que tengan éxito por sí solos, sino con su ayuda. En el momento en que alguien que trabaja para ellos se destaca, lo ven como una amenaza. A las personas les gusta trabajar con líderes que lo empujen, no que lo aplasten. Cuando los empleados se dan cuenta que el jefe está interesado, por encima de todo, en mantener su autoridad y proteger su puesto, entonces acabarán yéndose a trabajar para otro. Un ejemplo de verdadero liderazgo lo encuentro en Jesús, siendo quien era, formó a sus discípulos, quienes continuarían su obra después de él; no tuvo reparos en decirles que ellos harían mayores señales que él mismo, los discípulos recibían de Jesús, no solamente sus enseñanzas audibles, sino también su ejemplo de vida. El verdadero líder no solo dice qué hacer sino hace lo que dice. Cuánta falta hacen hoy en día líderes verdaderos. Meses atrás escuché las declaraciones del escritor Mario Vargas Llosa acerca de la política productiva: "si queremos que la política sea decente entonces debemos hacer que la gente decente se interese por la política", tiene razón, es tiempo que los más capaces en todo sentido: moral, ético, académico, etc. se interesen en la política, de esa forma se recuperará la imagen del político tan venida a menos en estos últimos años, no tendremos que observar conmovidos cómo la inacción de los políticos que nos gobiernan deja compatriotas muertos en cada protesta social, o que delincuentes de todo tipo se paseen en las calles de nuestro país, o dirijan el crimen organizado desde las prisiones de "máxima seguridad". ¿Tú qué piensas?
Primero, si no somos dignos de confianza. Trabajar con alguien en quien no confías es una experiencia desagradable. Perdemos la confianza de los demás cuando nuestros actos no son consecuentes con nuestras palabras, cuando anteponemos el beneficio personal al bien común, cuando retenemos información, mentimos o decimos verdades a medias y cuando somos intolerantes. La confianza es como un espejo: cuando se rompe, se puede volver a recomponer, pero normalmente se siguen viendo las grietas. Segundo, si somos incompetentes. No se inspira confianza por medio de nuestro carisma, sino siendo competentes, mi asesor de tesis en la Maestría decía una gran verdad: "no es cuánto tiempo se queden en el laboratorio, sino cuánto avancen el trabajo de investigación y los logros que se obtengan, ese escritorio está ahí todo el tiempo, pero no hace nada". No hay nada más frustrante que tener como autoridad a una persona incompetente, hace que se pierdan de vista los valores y la visión de la organización y todo gira alrededor de su comportamiento, si a su incompetencia le añades la dosis de histeria que generalmente les sirve para barnizarla, tienes el día hecho (a cuadritos). Si los empleados que trabajan para un jefe incompetente son muy buenos en su trabajo, entonces temerán continuamente que su jefe cometa errores; y si los subordinados no tienen mucha experiencia, no sabrán qué hacer, o el que se sienta más seguro se pondrá a dar las órdenes y "reemplazará" al jefe, "sin querer queriendo se volverá su brazo derecho", nada irrita más que uno de igual nivel se tome atribuciones que la incompetencia del superior le ha dado. En cualquiera de los casos, disminuye la productividad y decae la moral. Martín Luther King decía en uno de sus sermones: “si eres un médico, sé el mejor médico; si eres un zapatero, sé el mejor zapatero; si eres un basurero; sé el mejor basurero”. Me permito añadir: Y en todo lo que hagas pon tu máxima concentración, incluso para barrer debes concentrarte porque de lo contrario pasarás con la escoba, dos veces por el mismo sitio. Un consejo muy útil sobre hacer bien las cosas se encuentra en la Biblia: "Haz las cosas, no como para tí, ni para los demás; haz todo como para el Señor" (Col.3:23), entonces no te preocuparás porque te agradezcan y si no lo hacen no tendrás amargura.
Tercero, si somos inseguros. Los buenos líderes hacen dos cosas: forman a otros líderes y saben cuándo es tiempo que otros tomen el relevo. Los líderes inseguros nunca hacen eso. No quieren formar a otros para que desarrollen su potencial y lleguen a tener más éxito que ellos mismos. De hecho, no quieren que tengan éxito por sí solos, sino con su ayuda. En el momento en que alguien que trabaja para ellos se destaca, lo ven como una amenaza. A las personas les gusta trabajar con líderes que lo empujen, no que lo aplasten. Cuando los empleados se dan cuenta que el jefe está interesado, por encima de todo, en mantener su autoridad y proteger su puesto, entonces acabarán yéndose a trabajar para otro. Un ejemplo de verdadero liderazgo lo encuentro en Jesús, siendo quien era, formó a sus discípulos, quienes continuarían su obra después de él; no tuvo reparos en decirles que ellos harían mayores señales que él mismo, los discípulos recibían de Jesús, no solamente sus enseñanzas audibles, sino también su ejemplo de vida. El verdadero líder no solo dice qué hacer sino hace lo que dice. Cuánta falta hacen hoy en día líderes verdaderos. Meses atrás escuché las declaraciones del escritor Mario Vargas Llosa acerca de la política productiva: "si queremos que la política sea decente entonces debemos hacer que la gente decente se interese por la política", tiene razón, es tiempo que los más capaces en todo sentido: moral, ético, académico, etc. se interesen en la política, de esa forma se recuperará la imagen del político tan venida a menos en estos últimos años, no tendremos que observar conmovidos cómo la inacción de los políticos que nos gobiernan deja compatriotas muertos en cada protesta social, o que delincuentes de todo tipo se paseen en las calles de nuestro país, o dirijan el crimen organizado desde las prisiones de "máxima seguridad". ¿Tú qué piensas?