martes, 26 de agosto de 2008

La importancia de creer


Una de las características de las personas de nuestro tiempo es el escepticismo, por razones justificadas o no, muchos han dejado de creer en las palabras o promesas de otros. La palabra está muy devaluada, la calidad humana deja mucho que desear, no hay consecuencia entre lo que se dice y lo que se hace, hay quienes aconsejan no hacer precisamente lo que practican, una excusa común es: "nadie es perfecto, somos humanos y nos equivocamos", eso es cierto, pero no puede convertirse en una norma que signifique un "free way" para la incongruencia entre el ser y el hacer.

Si las personas no adquirimos convicciones, valores que se reflejen en conductas íntegras será difícil, por no decir imposible, sostener personalidades sanas, espíritus libres que merezcan ser imitados. Para muchos, creer en Dios (teístas) señala su norma de vida, la seriedad con la que asumen su creencia marca sus actos y les da trascendencia, para otros (no pocos) su ego ocupa el lugar central a partir del cual todo se relativiza y selecciona en función a la conveniencia personal.

Resulta interesante analizar la biografía de algunos personajes cuya existencia ha repercutido en la historia de la humanidad y rescatar la importancia de sus creencias y cómo estas han moldeado su concepción de la vida.

Por ejemplo, Albert Einstein concebía a Dios como una Inteligencia Superior que se revela a sí misma en el mundo de la experiencia. Einstein tenía una profunda convicción en esta Inteligencia. Él rechazaba tanto la idea de un Dios castigador como la de un Dios con apariencia humana. Einstein entendía por “religión” un profundo e inspirador sentimiento de devoción piadosa, ajeno a todo indoctrinamiento dogmático, jamás asistió con regularidad a ningún tipo de servicio religioso, mostró siempre una profunda admiración hacia el misterio del Universo a través del cual intuía y vislumbraba el Dios filosófico de Spinoza.

Einstein no creía que Dios fuera un Dios personal (en lo que difiero), pero sí estaba presente en él, el sentimiento religioso cósmico. Es claro que hay dos aspectos impactantes que pueden hacer a los científicos creer en Dios: El misterio del cosmos y de la complejidad de la vida, ambos son capaces de despertar la admiración que lleva a la reflexión desapasionada y responsable, y con el tiempo deriva en fuertes y permanentes convicciones. Por mucho que avance la ciencia, no será posible explicar el origen del cosmos y de la vida en nuestro planeta.

Einstein era consciente de las dificultades que supone la creencia en un Dios personal, solo "tu Dios" cuando el universo es infinito, no es fácil para un físico. La admiración que expresaba acerca del cosmos y de la Inteligencia que lo regía hizo pensar a más de uno que el notable científico tenía sentimientos panteístas; sin embargo este asunto ha sido y será una cuestión abierta.

Hans Küng, aporta una profunda reflexión al respecto: “La esencia divina, que desborda todas las categorías y es absolutamente inconmensurable, implica que Dios no sea personal ni a-personal porque es ambas cosas a la vez y, por tanto, transpersonal” (trasciende a las personas).

En Einstein se da una profunda relación entre su visión del Universo, su idea de Dios y sus convicciones éticas. Su ética personal se inserta claramente en la tradición judeo-cristiana. Ello se manifiesta en sus escritos y en su trayectoria vital. La solidaridad con los demás seres humanos está en las motivaciones más profundas de su investigación científica, en su compromiso por la paz mundial, en las decenas de cartas que contestaba semanalmente, en su apoyo a todas las causas justas que redundasen en la mejora de la humanidad. Es ese "tú me interesas", "tú eres importante", "no puedo ser la causa de tu sufrimiento", "debo hacerme responsable por el malestar que te estoy causando", lo que se ve como frutos dignos en la vida de una persona y evidencian la nobleza de espíritu.

El misterio del Universo, el misterio de Dios y el misterio del Hombre marcaron su búsqueda y dieron sentido a la vida de Albert Einstein, sin duda un corazón sencillo, buscó a Dios, yo creo que le encontró.

viernes, 15 de agosto de 2008

Universidad San Marcos: La mas antigua de America (2 de 3)

Un poco de nuestra historia universitaria. La Universidad Nacional Mayor de San Marcos, Decana de América, fundada el 12 de mayo de 1551, fue el inicio de la historia universitaria del continente. Los dominicos en sus conventos del Cuzco, principal ciudad peruana en el siglo XVI, y de Lima, estudiaban Artes y Teología para ejercitar a los antiguos miembros y preparar a los novicios de la Orden.

El incremento de los estudios superiores determinó que, en el capítulo del célebre convento cusqueño (01/07/1548), Fray Tomás de San Martín solicitase fundar una universidad o Estudio General en Lima o también llamada Ciudad de los Reyes. La iniciativa eclesiástica fue acogida y recibió un poderoso impulso laico del cabildo limeño. Se nombraron dos procesadores, civil y eclesiástico, los que al término de una feliz gestión determinaron la fundación de la Universidad. La cual fue hecha por Real Cédula firmada por el rey Carlos V en la ciudad de Valladolid, el 12 de mayo de 1551.

La Universidad inició funciones el 2 de enero de 1553 en la sala capitular del Convento del Rosario de la Orden de los Dominicos, con la concurrencia de la Real Audiencia presidida por el licenciado Andrés Cianca y el enviado de la Corona D. Cosme Carrillo, primer miembro laico del cuerpo docente.

Durante la época virreinal las facultades fueron cinco. En el período republicano, hasta 1969 llegaron a diez. Al inaugurarse los estudios de la Universidad sus asignaturas iniciales correspondían a las facultades de Teología y Arte. Con la incorporación de graduados en Derecho aparece la Facultad de Cánones. Luego se crea la Facultad de Leyes. La Facultad de Medicina funcionó en el siglo XVII. Con el Reglamento de Instrucción Pública de 1850 surgen dos facultades efímeras: Matemáticas y Ciencias Naturales, las cuales fueron unificadas en 1862 bajo el nombre de Facultad de Ciencias Naturales y Matemáticas, posteriormente en 1876 toma el nombre de Facultad de Ciencias. En este año también se crea la Facultad de Ciencias Económicas y Comerciales. Es así como ya en el siglo XIX, San Marcos tenía seis facultades: Teología, Letras, Derecho, Medicina, Ciencias Políticas y Administrativas y la Facultad de Ciencias.

En el siglo XX fueron organizadas cinco nuevas facultades, cuatro en el área de Ciencias: Farmacia y Bioquímica, Odontología, Medicina Veterinaria, Química y una en el área de humanidades: Educación. La de Teología adquirió un régimen distinto en 1935 y dejó de formar parte de San Marcos. En consecuencia, en 1969 solo existían tres facultades que procedían de la época colonial: Letras y Ciencias Humanas (ex Facultad de Artes), Derecho (Leyes y Cánones) y Medicina. La Universidad Nacional Mayor de San Marcos es la única de América que presenta una continuidad ininterrumpida. Desde su inicio con el rector Fray Juan Bautista de la Roca hasta nuestros días, han guiado su destino 210 rectores.

En los claustros sanmarquinos se han formado muchas de las figuras más notables del arte, ciencia y política del Perú y América, y de sus aulas han egresado la mayoría de profesionales y estudiosos que prestan sus servicios en las principales universidades, así como en empresas e instituciones nacionales y extranjeras.

La Universidad ha transitado, desde su fundación, por cinco diferentes locales: tres durante el siglo XVI, uno desde la segunda mitad del siglo XIX y posteriormente, en este último siglo, en la Ciudad Universitaria. El primer local fue el Convento de Nuestra Señora del Rosario de la Orden de los Dominicos, el segundo local se situó casi a extramuros en la parte de San Marcelo, donde poco antes había funcionado el Convento de la Orden de San Agustín. En 1575 ocupó su tercer local, situado en la primitiva Plaza del Estanque, después llamada de la Inquisición, actual local del Congreso. Posteriormente se trasladó al local del antiguo Convictorio de San Carlos (Parque Universitario) durante el gobierno de Manuel Pardo y finalmente hoy en día, ocupa la Ciudad Universitaria ubicada entre la Avenida Venezuela y la Avenida Universitaria. La Facultad de Ciencias Biológicas tiene su origen en la antigua Facultad de Ciencias Naturales, ni más ni menos que en 1,850.

domingo, 10 de agosto de 2008

¿Cuánto cuesta un milagro?

Esta es la historia verdadera de una niña de 8 años. Un día escuchó a su madre y a su padre hablar acerca de su hermanito Andrew. Ella, se llamaba Tess y solo sabía que su hermano estaba muy enfermo y que su familia no tenía dinero. Planeaban mudarse para un complejo de apartamentos el siguiente mes porque su padre no tenía el dinero para las facturas médicas y la hipoteca. Solo una operación costosísima podría salvar a Andrew. Escuchó que su padre estaba gestionando un préstamo pero no lo conseguía. Escuchó a su padre murmurarle a su madre, quien tenia los ojos llenos de lágrimas: "Solo un milagro puede salvarlo".
Tess fue a su cuarto y sacó un frasco de jalea que mantenía escondido en el closet donde guardaba algunos centavos. Vació todo su contenido en el suelo y lo contó cuidadosamente. Luego colocó todas las monedas en el frasco nuevamente, lo tapó y se escabulló por la puerta trasera. Caminó 6 cuadras hasta la farmacia que tenía un jefe indio color rojo en el marco de la puerta. Esperó pacientemente su turno. El farmacéutico parecía muy ocupado al momento y no le prestaba atención. Tess movió su pie haciendo un ruido. Nada. Se aclaró la garganta con el peor sonido que pudo producir. Nada. Finalmente, sacó una moneda del frasco y golpeó el mostrador. "¿Qué deseas?- le preguntó el farmacéutico en un tono bastante desagradable. Y le dijo sin esperar respuesta:
"Estoy hablando con mi hermano que acaba de llegar de Chicago y no lo he visto en años".
Tess replicó: "Bueno, yo también quiero hablarle acerca de mi hermano, está muy enfermo y quiero comprar un milagro".
"¿Qué dices?" dijo el farmacéutico, sin inmutarse ella respondió: "Su nombre es Andrew y tiene algo creciéndole dentro de la cabeza y mi padre dice que solo un milagro lo puede salvar. Así que, ¿Cuánto cuesta un milagro?".
"Aquí no vendemos milagros, pequeña. Lo siento pero no te puedo ayudar" le contestó el farmacéutico; ahora en un tono más dulce.
"Mire, yo tengo el dinero para pagarlo. Si no es suficiente, conseguiré el resto. Solo dígame cuanto cuesta".
El hermano del farmacéutico era el hombre elegante con quien este conversaba. Se inclinó y le preguntó a la niña: "¿Qué clase de milagro necesita tu hermanito?, "No lo sé". Contestó Tess con los ojos a punto de explotar. "Solo sé que está muy enfermo y mi mami dice que necesita una operación. Pero mi papá no puede pagarla, y dijo que sólo un milagro podría salvarle, así que yo quiero usar mi dinero para comprar ese milagro".
"¿Cuánto dinero tienes?- le preguntó el hombre de Chicago. "Un dólar con once centavos"- contestó Tess en una voz que casi no se entendió. "Es todo el dinero que tengo pero puedo conseguir más si lo necesita". "Pues que coincidencia." Dijo el hombre sonriendo. "Un dólar con once centavos, es justo el precio de un milagro para hermanos menores". Tomó el dinero en una mano y con la otra cogió a la niña del brazo y le dijo: "Llévame a tu casa. Quiero ver a tu hermano y conocer a tus padres. Veamos si yo tengo el milagro que tu necesitas". Ese hombre de buena apariencia era el Dr. Carlton Armstrong, un reconocido neurocirujano. La operación se efectuó sin cargos y en poco tiempo Andrew estaba de regreso a casa y en buena salud. Los padres de Tess hablaban felices de las circunstancias que llevaron a este doctor hasta su puerta. "Esa cirugía," dijo su madre. "fue un verdadero milagro. Me pregunto cuanto habría costado. Tess sonrió. Ella sabía exactamente cuanto costaba un milagro: un dólar con once centavos, más la fe de una pequeña.
Esta historia nos lleva a pensar que un milagro no es la suspensión de una ley natural, sino la operación de una ley más alta. Entonces, ¿Cuánto cuesta un milagro?, está escrito: "Para el que cree, todo es posible", cuesta toda la fe que seas capaz de tener, cuesta creer que si tú haces todo lo posible, Dios hará lo imposible.

Lo "ordinario" y lo "extraordinario"


Es probable que alguna vez nos hayamos preguntado con seriedad: ¿Qué es un milagro?, yo lo hice, como la definición que trataba de formular me resultaba algo etérea, decidí buscar en el Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española y encontré que un milagro es un “suceso inexplicable, extraordinario o maravilloso que se atribuye a intervención divina”. Ni más ni menos que atribuible a la intervención divina. Es inevitable que desde la ciencia se filosofe al respecto, para el agnóstico es muy simple: “los milagros no existen”-me dijo hace mucho tiempo un apreciado amigo- y para no seguir la plática, concluyó: “es mejor que no hablemos de religión porque dicen que hay tres cosas por las que discuten los amigos: la política, el fútbol y la religión”. ¿Religión? – me pregunté – para mí nada está más distante de un milagro que la religión (pero de eso tal vez escriba en otro momento).
Uno de los científicos que más admiro es Albert Einstein, su inteligencia no solo fue cognitiva, sino también emocional, de esta última carecen muchos científicos a los que les cuesta sobremanera relacionarse con los demás, Einstein profundizó en el laberinto de lo desconocido y a medida que descubría lo enigmático de la composición de la materia, un anhelo fue surgiendo en él: “Quiero saber cómo creo Dios el mundo”- escribió- estoy segura que miles de seres humanos compartimos ese anhelo. También decía que existen dos formas de vivir la vida, como si todo fuera un milagro o como si nada fuera un milagro; en buena cuenta: de manera “extraordinaria” o de manera “ordinaria”, la primera forma de vivir supone creer en los milagros, y esforzarnos para construir nuestro propio paraíso aquí y ahora. Lo "ordinario" es vivir preocupado por el futuro o teniendo remordimientos por el pasado: “si no hubiese hecho esto o aquello” “por qué me tuvo que pasar a mí” “yo la quería patita”, etc... Lo "extraordinario" es vivir concentrado en el presente, dando lo mejor de nosotros en este instante, AHORA, reconozco que no es fácil aprender a vivir así, la mayor parte de las personas hacen planes a corto, a mediano y a largo plazo, también los hacía, pero ocurrieron cosas en mi vida que me sacudieron de tal manera que entendí lo finito y temporal de “hacer planes”, si no los cumples, sentirás frustración; es bueno tener metas y objetivos, tampoco debemos estar sin rumbo, pero nuestra vida no es una institución ni una empresa que deba regirse por programas o protocolos pre-elaborados, somos más que unos fríos planes de cartón.
Pero continuemos reflexionando en lo "ordinario" y lo “extraordinario”, lo “ordinario” es saludar a la persona amada con un simple y frío beso, encontrarnos con alguien y preguntarle por inercia: “¿qué tal?”, sin detenernos a escuchar la respuesta. Lo "extraordinario" es llevarle o escribirle una pequeña nota, mirarla a los ojos diciéndole lo mucho que significa para nosotros, abrazarla al cien por ciento (eso no necesariamente es con toda tu fuerza, sino con todo tu afecto) y darle un beso, no ese beso protocolar o social que a veces estamos “obligados” a dar, sino el que le haga sentir que es muy bueno verla o que sentiremos mucho dejarla.
Lo "ordinario" es comer viendo televisión, enajenados, aislados, solos; darle más importancia a lo que otros viven tras una pantalla que a quienes nos rodean y desean compartir con nosotros. Lo "extraordinario" es comer con flores en la mesa, una vela encendida, música agradable de fondo, al lado de por lo menos una persona apreciada, reír con ella o entristecerse a su lado, tal vez simplemente escucharla y dejar que nos oiga. Sobre todo, darle gracias a Dios por todo los que nos da y pedir la bendición por los alimentos. Cuando era niña mi abuela me decía: “debes darle gracias a Dios por la comida, ¿no has visto a los pajaritos? agradecen a Dios por cada bocado de agua”, por supuesto que los fui a ver, toman un poco de agua y miran al cielo antes de tragarla, claro! están dando gracias, ¿qué más puede ser?.
Lo "ordinario" es hablarle a un empleado sólo para llamarle la atención. Lo "Extraordinario" es decirle cómo valoramos el trabajo que realiza, nadie es pequeño en una empresa o institución, todos son importantes.
Lo "ordinario" es enviar un boletín electrónico, documentos o los famosos PPT a grupos de personas, sin un saludo preliminar; a diario recibimos ese tipo de documentación robotizada e impersonal; incluso algunos instan a que los reenviemos a 7 ó más personas ya que de lo contrario nos caerá una maldición que hará que se nos caiga el cabello (pobrecitos algunos de mis amigos), si no lo hacemos nos quedaremos sin empleo, el perro se llenará de pulgas y nos dolerá la muela. Lo "extraordinario" es llegar a la gente, cada vez que podamos, con un mensaje de esperanza y amor sin esperar nada a cambio. Pero debes estar atento (a), hay personas que no querrán recibir de ti, las razones pueden ser variadas, cuando eso te ocurra, es bueno que recuerdes que la amistad no se puede imponer, no insistas más, no es saludable.
Tú puedes añadir muchas cosas más que hagan la diferencia entre lo “ordinario” y lo EXTRA “ordinario”. Desde la óptica cristiana, el saber para quién hace uno las cosas es suficiente incentivo para salir adelante: “Cualquier trabajo que hagan, háganlo de buena gana, pensando que trabajan para el Señor, en vez de fijarse en los hombres” (Carta de Pablo a los Colosenses 3:23). Te animo a hacer cosas extraordinarias, por pequeñas que parezcan, harán la diferencia en tu vida.

martes, 5 de agosto de 2008

¿Cambio de hábito?



Biocombustibles, principal razón para el alza de precios de los alimentos
Es preocupante que la tierra sea destinada a la agricultura de productos que se convertirán en combustibles cuando no se pueden suplir las necesidades alimentarias de millones de seres humanos. Tal vez con el tiempo tengamos que consumir galletas de lombrices con sabor a chocolate, no es broma, no, en México ya hicieron la prueba. Por eso mientras puedas come muchas ensaladas. Estamos ingresando, sin darnos cuenta, a una era subrealista.

Lunes 28 de julio de 2008 14:20

WASHINGTON (Reuters) - Un gran aumento de la producción de biocombustibles en Estados Unidos y Europa es la principal razón detrás del alza mundial de los precios de los alimentos, dijo un economista del Banco Mundial en una investigación publicada el lunes.
El economista del Banco Mundial, Don Mitchell, dijo que el 70 por ciento al 75 por ciento del incremento de precios de las materias primas alimentarias es debido a los biocombustibles y vinculado a las bajas existencias de granos, actividad especulativa y vedas a la exportación de alimentos. El restante 25 por ciento al 30 por ciento se debe a un dólar debilitado y mayores costos de fertilizantes y transporte, dijo.
(Reporte de Lesley Wroughton. Editado en español por Magdalena Morales)