jueves, 5 de septiembre de 2013

La generación Z

 Cualquiera de nosotros que ha observado con atención a niños menores de 5 años, se queda impresionado por la rapidez con la que aprenden a utilizar los aparatos electrónicos. Tengo sobrinos menores de 5 años que desde que tenían 2 ó quizá menos edad, prendían el computador, el televisor, y sin saber de los números encontraban el canal que estaban buscando. Ellos son muy hábiles, responden rápido, te sorprenden con sus respuestas, por ejemplo: "soy persona porque tengo sentimientos" esa fue la respuesta que mi sobrina Celeste nos dio cuando solo tenía 2 años, por supuesto nos quedamos boquiabiertos. Pero esta generación, nacida en el nuevo milenio o a mediados de los 90, también es una generación final, de la era tecnológica, una generación a la que se debe educar en valores como nunca antes para evitar que sean personas duras o aquellos de los que el apóstol Pablo escribió en su epístola a Timoteo (su joven discípulo): “También debes saber esto: que en los postreros días vendrán tiempos peligrosos. Porque habrá hombres amadores de sí mismos, avaros, vanagloriosos, soberbios, blasfemos, desobedientes a los padres, ingratos, impíos, sin afecto natural, implacables, calumniadores, intemperantes, crueles, aborrecedores de lo bueno. . . amadores de los deleites más que de Dios. . .”. Sin duda esta es la Generación Z o Generación net, la mayoría esta acostumbrada a las interacciones sociales utilizando medios virtuales y están menos acostumbrados a las interacciones sociales reales, las cuales en la práctica representan un desafío para muchos, evitan mirarte a los ojos, se escabullen de una conversación, sin embargo escriben y escriben en las redes sociales, son personas impacientes, acostumbradas a la comida rápida, al celular, a las impresoras veloces, a los servidores veloces, sus segundos padres se llaman www, o punto com; para ellos la internet no es un descubrimiento, es como el aire, siempre está ahí, y si no está, yo he visto como se ponen, y seguro tú también. Viven en la aldea global, Singapur está a la vuelta de la esquina y tienen amigos literalmente en Tangamandapio. 
Siempre me pregunté ¿cómo puede uno tener más de 300 contactos y estar al tanto de ellos? pero los de la generación net, no tienen 500 ni 1000, tienen literalmente un millón de amigos (Roberto Carlos estaba cantándole al futuro),  pero, hay una gran pregunta ¿cuántos amigos (as) reales tienen estos chicos?¿creen en la amistad? la respuesta no es difícil, tienen muy, muy pocos o ningún amigo real, no creen mucho en la palabra de sus "amigos" (contactos virtuales), ellos (sus ciberamigos) entienden los signos que usan al escribir, uno tardará algunos minutos en descifrar las "x" o xD, etc que usan para comunicarse, o para dar (muchas veces) rienda suelta a sus emociones negativas "despotricando" contra el profesor tal o cual, escribiendo su nombre, sin mayor respeto que a sus propias motivaciones, inconsciente del atropello que está realizando, es el mundo virtual, y ellos son dueños de ese mundo o creen serlo.
Esta es una generación que debemos ayudar a encontrarse a sí mismos, ellos tienen la capacidad de hacer grandes cosas por grupos que ni conocen, tienen una fuerza intrínseca, es la generación de la posmodernidad que necesita entender que está caminando en medio de la palabra profética de Dios expresada en la pluma del gran Apóstol Pablo. No es suficiente que los sociólogos predigan que los Gen net, o Gen Z, tendrán una sólida conciencia social, ética y laboral, debido a que están cerca a los acontecimientos mundiales, se fastidian con el abuso que se hace pública en las redes sociales, no es suficiente con ello, es necesario que sus vidas se basen en una relación personal, con Dios y con su prójimo, y que al mismo tiempo aprovechen ese enorme potencial y ventaja que les ha dado el nacer en la era ultratecnológica para hacer de este mundo un mundo más humano, está en nuestras manos y es una gran responsabilidad.

martes, 4 de junio de 2013

Los verdaderos estudiantes


Estos son los estudiantes que necesita el Perú, revisores del derecho, que piensen, que no se menosprecien, que sepan que son los que pueden hacer la diferencia entre los que siempre "ganan" y los que deben hacerlo, no aquellos que se dan por vencidos y que alientan gobiernos corruptos, no a los que escogen solo caudillos porque no saben lo que es un líder, nunca los han tenido. Los estudiantes que nos gustan no se dejan manejar, no se envilecen con regalos ni se venden, no se van a brindar con aquellos a los que deben fiscalizar, no echan en saco roto lo que les dicta la conciencia, no se ven como pocos porque son la voz de muchos que esperan que ellos hablen y que se cumpla el dicho: "La gloria de los jóvenes es su fuerza". Esos son los estudiantes con los que da gusto mirar un futuro diferente para esta patria vieja que está cansada, muy cansada de esperar.

jueves, 28 de marzo de 2013

La Traición


 
Jesús reunió a los doce que lo acompañarían en el ministerio que desarrolló en la tierra, Pedro y Andrés así como Juan y Jacobo (hijos de Zebedeo) eran hermanos de sangre, Mateo fue publicano, Natanael un judío a carta cabal, "un israelita en quien no hay engaño" como lo describió Jesús, Felipe un hombre acostumbrado al liderazgo de otro grande: Juan el Bautista, Tomás conocido como el incrédulo, Judas Tadeo, Santiago (hijo de Alfeo), un guerrillero (zelote) de nombre Simón el cananeo, y Judas Iscariote quien le habría de entregar en manos de sus asesinos y torturadores.

Estos doce hombres fueron elegidos por Jesús, por lo tanto experimentaron el impacto del llamamiento personal, esa voz que habla al espíritu humano y le convence de seguirle, "Venid en pos de mí" "les haré pescadores de hombres", estos doce transitaron con Jesús durante tres intensos años, le conocieron cara a cara, le oyeron con avidez y fueron los primeros en estar presentes en sus profundos sermones, aprendieron de manera directa quién era Jesús, a qué había venido a la tierra, seguro rieron junto a él y se angustiaron cuando llegaba la hora final. Estos doce hombres fueron testigos de sus milagros, de su enojo el día que echó a los mercaderes del templo, de los fariseos que no le dejaban respirar, que siempre estaban prestos a tenderle trampas con preguntas malintencionadas y que Jesús respondía con sabiduría que no era de este mundo sino de Dios. Once de ellos le vieron resucitar y así sellaron su espíritu y definieron para siempre su decisión de seguirle hasta dar sus vidas por la causa y por Él: Su Maestro.
 
En la hora final, los doce le traicionaron, si los doce, la traición es renegar con dichos o acciones de un compromiso de lealtad o promesa, la falta de identidad con el líder que les había llamado y adoctrinado por tres años, a quien habían admirado, en quien tenían supuestamente puestas sus expectativas, pero no pudieron velar junto a él en el huerto de la pasión, le abandonaron y solo uno (el joven Juan) le siguió de lejos y estando crucificado, se quedó a su lado, al pie de la cruz, recibiendo a la madre de su Maestro como suya. los demás se encontraban por las calles de Jerusalén en una noche de pesadilla de la cual me imagino querrían pronto despertar.
 
Pedro, después de la pregunta "¿Quién dicen los hombres que es el Hijo del Hombre? ... y ustedes quién dicen que es?" hizo una tremenda declaración de fe, con la convicción que solo viene de lo mejor de la experiencia utilizada por Dios mismo: "Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente", Jesús fundó su Iglesia sobre esta declaración.
 
Sin embargo, Pedro le negó tres veces, para bien suyo se arrepintió llorando amargamente; Tomás con miles de preguntas rondando su cabeza prefirió ver para creer en la resurrección de su Maestro, Judas Iscariote vendió a Jesús por dinero, treinta piezas de plata, le puso precio a su vida, esa fue alta traición porque llevó a Jesús a manos de sus enemigos, Judas no sucumbió ante la ambición sino ante la decepción, él esperaba un Cristo libertador del yugo romano, no entendió que el yugo más feroz es el del pecado, Judas esperaba un líder que cambiara la situación de Israel, no entendió el mensaje de Jesús: "mi reino no es de este mundo" "qué aprovechará al hombre si gana el mundo y pierde su alma" esto último declarado después de la multiplicación de los peces y los panes, Judas habría pensado que con Jesús se acabarían el hambre y la necesidad, pero Jesús a él lo decepcionó, frustrado empezó a tomar el dinero de las ofrendas, él empezó a traicionar a Jesús desde ese momento, no cuando le vendió a los fariseos y maestros de la ley, fue antes, al mirarle con decepción y frustración, al dejar de verle como el Hijo de Dios, al despreciar la riqueza espiritual y valorar lo material, su corazón se hizo traidor culminado su acto de traición aquella noche en Getsemaní, con cinismo e hipocresía, sabiendo que el odio de los enemigos de Jesús no tenía límites, le entregó con un beso en la mejilla, en un acto planificado con alevosía y ventaja, un acto de alta traición. Pero Jesús le llamó "amigo" y le hizo una pregunta: "¿con un beso entregas al Hijo del Hombre?", no hubo respuesta, porque no fue solo un beso, fue un proceso que nació en un corazón ingrato y resentido, que finalmente le llevó al suicidio, a diferencia de Pedro en su corazón ni hubo lugar para el arrepentimiento.

En nuestros tiempos, miles traicionan a Jesús, son indiferentes a todo lo que signifique espiritualidad con base bíblica, miles se traicionan entre sí, no honran sus compromisos, y  siguen el camino de Judas Iscariote. Que este sea un tiempo para reflexionar y ver nuestro destino a futuro.