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En estos días el Perú se ha enlutado nuevamente, en la zona de Bagua se ha derramado la sangre de decenas de peruanos lo que hace IMPRESCINDIBLE la revisión del Decreto 1090 y de los demás decretos. La propuesta del presidente García- buena propuesta- llega cuando la sangre ya manchó el río demostrándose una vez más que el diálogo es básico para el avance de cualquier tipo de relación. La lluvia es buena a su tiempo, si llega antes hace podrir las semillas y si llega después éstas se secan. Han pasado prácticamente dos meses de ánimos exacerbados, de hervor social, no es oportuno buscar culpables, la propuesta hecha por el presidente (el debate público) pone en evidencia a los culpables. No se puede imponer el orden social si no se escuchan las razones de los otros, aún más si se afirma que "no han leído el decreto", es responsabilidad de las autoridades informar de manera adecuada y oportuna. Por último, para los indígenas la tierra les pertenece desde antes que la patria naciera, así lo sienten ellos, cambiar esa cosmovisión no es asunto de decretos es un asunto que debió llevarse con sabiduría.
Esperemos, por el bien de todos, que quienes tienen poder de decisión en nuestro país tengan claridad para resolver este problema, que ese debate se realice por la salud social del país y que los grupos sediciosos o hambrientos de poder no se aprovechen del caos generado para llevar agua a su molino. La paz no tiene precio y la vida humana tampoco.
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