domingo, 13 de febrero de 2011

LA FASCINACIÓN DE LA AMISTAD


La amistad, ¿Quién no tiene un amigo?, como seres sociables una de las primeras cosas que hacemos al encontrarnos en un grupo es buscar a alguien o a varios compatibles con nosotros, a veces sin darnos cuenta ya hemos descartado a algunos que nos parecen "incompatibles", las razones son muchas, distintas, a veces la primera selección se relaciona con la proximidad geográfica, otras con algún gusto en común.
Las amistades que resultan enriquecedoras son las que alimentan nuestro espíritu, los amigos que empezamos a apreciar son aquellos de los que aprendemos algo o mucho. No pocas veces me he quedado sorprendida por la calidad de personas de las que puedo expresar con alegría: "Es mi amigo, es mi amiga", y otro tanto he sentido la desazón de haberme equivocado en brindar mi amistad, pero uno respira hondo y continua el camino, igual aprendimos a ser cautos, y si se quiere un poco más responsables en abrir nuestro corazón y nuestras manos. Aprender a amar a un amigo es una aventura emocionante, alguna vez leí que habían tres niveles de amistad: A, B y C; todos (escribía el autor) los que tenemos amigos de nivel A, hemos empezado nuestra amistad en el nivel inferior, el C. A partir de una serie de experiencias compartidas, comunicación empática y confianza en la persona, construimos amistades de nivel B; si la relación amical supera obstáculos y oposiciones, muchas veces por falta de comunicación, si somos capaces de convocar al amigo y aclarar nuestros malentendidos, hacer alianzas tácitas de lealtad, seguramente estamos entrando al nivel A de amistad. Nuestra meta ha de ser lograr que nuestras amistades asciendan en nivel, dependerá mucho de nosotros, porque como está escrito: "Quien quiere tener amigos ha de mostrarse amigo".
Te dejo esta breve reflexión y te recuerdo que no es necesario un día especial para celebrar que somos amigos.

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