Las personas sicológicamente sanas buscan instintivamente (no se tiene que pensar) ambientes armoniosos, en los que impere el respeto, la consideración, la amabilidad, responsabilidad, y todos aquellos valores que solo se ponen en evidencia cuando estamos en compañía de nuestros semejantes. Cuando era estudiante recuerdo que tenía una compañera que no sabía decir "por favor", ni dar las gracias, mucho menos decir "lo siento", un poco fastidiada e intrigada por su comportamiento le pregunté por qué no lo hacía y para mi sorpresa me respondió: "Esas son hipocrecías, no estoy por ese tipo de trato, uno debe decir lo que piensa y siente ... listo". Eso es cierto, pero la sinceridad no excluye las formas, también ocurre lo opuesto, mucha gente es falsa y muy "amable", o mejor: mantiene las formas ya que en realidad AMABLE significa que se hace amar o querer por su forma de tratar a los demás.
Estas normas o pautas que me permito compartir y la verdad no sé quien es el autor (a), porque me gustaría que apareciese su nombre, resumen muy bien lo básico que asegura que el ambiente que compartimos con otros ya sea en el hogar, el trabajo o los grupos que frecuentamos sea feliz, armonioso, que nadie caiga pesado (a) por ser desconsiderado o descuidado. Tal vez podríamos añadir algunas cosas como un aliento agradable, nada más mortificante que conversar con alguien que no cuida de su higiene bucal, si estimamos a una persona que tiene ese problema debemos hacérselo saber, pero con tino y sabiduría. Una vez más "el hábito no hace al monje" sino que "la práctica hace al maestro". Cuídense mucho.
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