lunes, 29 de diciembre de 2008

Que el 2009 sea un año con propósito

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Querido amigo (a) convendrás conmigo en que nuestro tiempo de vida en la tierra (Chronos-bio) tiene el valor que le queramos dar. Una forma adecuada de vivir puede tener múltiples acepciones, tantas como personas hay en el mundo; tal vez para mucha gente la forma adecuada de vivir se caracteriza por el ímpetu que ponemos en desarrollar nuestras actividades, la inteligencia que aplicamos para aprovechar correctamente las oportunidades, la manera responsable con la que afrontamos nuestras relaciones y la forma racional de utilizar los recursos de los que disponemos. Sin embargo, pocos son los que toman estas cosas como dones que Dios ha confiado para cuidar y administrar. Pocos asumimos que somos mayordomos de todo lo que tenemos y que tendremos que dar cuenta de ello, este concepto de mayordomía comienza cuando reconocemos que Dios es el Dueño de todos y de todo en la tierra. El rey David escribió "Del Señor es la tierra y su plenitud; el mundo, y los que en él habitan (Salmo 24:1), meditar en esta afirmación nos hace ser conscientes que en verdad no poseemos nada en nuestra breve estadía en la tierra, ¿nada? ¿cómo? y ¿todo lo que he conseguido con tanto sacrificio?, solo lo tienes mientras estás vivo y puedes decidir acerca de tus posesiones, muchos ancianos no pueden disponer ni siquiera de sus posesiones (me viene a la mente el sonado caso Tudela). La prueba más dramática de nuestra ficticia "posesión" sobre algo, es que al morir no llevamos nada de esta vida, aún si te entierran con lo más preciado para ti, no te lo podrás llevar, quedará atrapado en la fría tumba; entonces ... es mejor reconocer como David, que Dios nos presta la tierra y lo que de ella necesitamos mientras estamos aquí. Disfrutemos del fruto de nuestra labor, compartamos con quienes son menos favorecidos en la vida, saciémonos con lo necesario y nunca dejemos de tener hambre y sed de justicia porque de esa forma nos convertiremos en gestores de un mundo mejor, luchemos contra la cultura que dicta: "Si no es tuyo, no lo cuides", cuidemos la tierra porque en ella y de ella vivimos.

Al final de nuestra vida en la tierra seremos evaluados y recompensados de acuerdo con la manera en que hayamos usado lo que Dios nos confió: trabajo, amigos, familia, tiempo, talentos, dinero, etc. Debemos comprender que hasta las tareas más simples tienen repercusión eterna.

Para este nuevo año que empezará en unas horas deseo de todo corazón que puedas alcanzar tus metas e iniciar nuevos retos, que todo lo que hagas tenga el sello de responsabilidad, si así lo haces ten por seguro que Dios cumplirá su parte: prosperará todo lo que tú hagas; y además, habrás logrado darle a tu vida un propósito eterno.

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