Esta semana los peruanos hemos tenido un tema principal de conversación: La "gripe porcina" (su nombre correcto es H1N1 Influenza A); al oir un estornudo hemos dudado en decir: "salud" porque los estornudos ahora anuncian un estado de enfermedad que ha puesto al mundo entero en alerta de colores naranja o rojo. La Influenza A ... ha regresado. Después de 91 años esta anciana enfermedad ha vuelto y nadie quiere que se quede entre nosotros.
No pretendo asustarles ni mucho menos, sino alcanzar información (espero que sea sencilla) que les permita conocer al H1N1. Los virus de Influenza son de dos tipos: A y B, el tipo A a su vez tiene varios sub-tipos, uno de ellos es el H1N1 (mal llamado virus de la gripe porcina), otro subtipo es el H5N1 conocido también como gripe aviar. H es la abreviatura de "Hemaglutinina" y N la de "Neuraminidasa", estas son moléculas presentes en la envoltura del virus que estimulan fuertemente la inmunidad, los números: 1, 3, 5, etc. Se emplean para indicar que tanto la H como la N se diferencian a nivel molecular. También es necesario tener en cuenta los conceptos de: Epidemia y pandemia.
Una epidemia es un brote de enfermedad contagiosa que se propaga con rapidez, afecta una gran proporción de personas que residen en el mismo sector geográfico y dura un tiempo determinado. Una pandemia, por otro lado, es una epidemia propagada extensamente, que afecta a un vasto número de personas en diferentes países y puede durar un año o más.
El virus H1N1 Influenza A que causó la pandemia que en 1918 mató millones de habitantes en todo el mundo fue reconstruido a partir de muestras de cadáveres de pacientes que murieron debido a esta enfermedad. La experiencia ganada por la reconstrucción del virus puede servir como base para responder a las preguntas que rodean la aparición de la actual epidemia en México, que ya ocasionó cerca de 150 muertes y ha tenido un efecto cascada en el resto del planeta.
Los científicos del Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC) el 27 de febrero de 2001 reconstruyeron, por primera vez, un virus de gripe con la secuencia del segmento NS del virus de 1918 y con la secuencia de un virus adaptado en ratones (virus quimera), y evaluaron su virulencia. Los investigadores que realizaron este trabajo comprendieron que la clave para entender el potencial de virulencia de una cepa de virus de gripe pasaba por estudiar su patrón molecular y las características fenotípicas asociadas a su secuencia genética, en otras palabras, la clave para entender la virulencia de una variante de influenza requiere manipular la secuencia genética del virus y estudiar su comportamiento. La técnica biomolecular que permite realizar tales estudios recibe el nombre de Genética Reversa. La genética reversa se basa en la posibilidad de "rescatar" un virus de novo a partir de la expresión de su material genético. La expresión coordinada del material genético de un virus en una célula usando vectores de expresión permite que se produzcan todos los factores necesarios para la creación del virus. Sin embargo, debido a la extrema virulencia del brote y la posibilidad de escape accidental (o liberación intencionada) de la cuarentena, existe cierta controversia respecto a las bondades de estas investigaciones.
El Dr. Adolfo García-Sastre, uno de los padres de la genética reversa del virus de la gripe, se propuso en el 2003 la titánica tarea de encontrar las causas que propiciaron la pandemia de 1918. Los investigadores que participan en este proyecto pretenden encontrar esas causas analizando las características moleculares distintivas de este virus pandémico. El equipo engloba junto con el grupo de Adolfo García-Sastre a los de Peter Palese, Ian Wilson, Christopher Basler, Michael Katze y Jeffrey Taubenberger.
El 6 de febrero de 2004 en Science se publicó un artículo realizado por dos equipos de investigadores, uno dirigido por Sir John Skehel, director del Instituto Nacional de Investigación Médica (National Institute for Medical Research) de Londres y otro por el profesor Ian Wilson del Scripps Research Institute de San Diego CA, habían obtenido la síntesis de la proteína hemaglutinina responsable de la epidemia de 1918 de Gripe Española juntando DNA procedente del pulmón de una mujer inuit encontrada en la tundra de Alaska y de muestras preservadas de soldados estadounidenses de la I Guerra Mundial.
El 5 de octubre, 2005 también en Science, se publica por primera vez en la historia la reconstrucción de un virus totalmente extinto, el virus de la gripe de 1918 (H1N1). El virus fue totalmente reconstruido in vitro a partir de las secuencias obtenidas del análisis de muestras de tejidos guardados por el grupo de Jeffrey Taubenberger. Según el informe, después de varias décadas los científicos lograron recrear el virus con ayuda de técnicas de genética reversa, para "volverlo a la vida" en un laboratorio de bioseguridad de nivel 3, de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades en Atlanta (CDC). Sus efectos fueron estudiados en ratones, embriones de pollo y células pulmonares humanas, empleando para ello diversas versiones fabricadas con genes de otros virus gripales, y así efectuar comparaciones y descubrir los elementos que lo hicieron tan virulento. Al igual que el original, el virus reconstituido mató en pocos días a los ratones, y se comprobó que también mataba a los embriones de pollo, del mismo modo que el virus aviario H5N1.
El trabajo de investigación continúa y las preguntas han recobrado vigencia: ¿Cuál es el mecanismo patológico desatado por esta variante tan virulenta de Influenza tipo A?, ¿Se trata de una cascada de citocinas (moléculas producidas por la activación del sistema inmune) que termina por desequilibrar el organismo? ... son muchas preguntas que no tuvieron tiempo de ser respondidas porque cual ladrón silencioso el H1N1 volvió a atacar a su gran enemigo: el hombre. Los investigadores aún están tratando de determinar el tipo exacto del virus, su composición y hasta su estructura genética, para establecer los pasos a seguir, incluyendo el desarrollo de vacunas y el tratamiento.
La pandemia de 1918, conocida como la de la "gripe española" fue producida por el virus de influenza tipo A-H1N1, el mismo que está detrás de la epidemia que está causando estragos en México, probablemente no sea idéntica a la de 1918 sino el resultado de la mutación del virus. Durante la pandemia de 1918, el virus atacó a personas saludables de entre 15 y 35 años. Como se trataba de una variante del virus, los afectados carecían de las defensas inmunológicas y los sistemas oficiales de salud estaban también indefensos, esto explica el alto índice de mortalidad: en un período de dos años (1918-19) murieron en todo el mundo de 20 a 40 millones de personas. Te habrás dado cuenta que actualmente los organismos de salud se encuentran bien preparados y que en los países libres del virus se han desarrollado planes de emergencia de manera muy rápida, aeropuertos en distintos puntos del planeta monitorean a los pasajeros por posibles síntomas mientras los gobiernos han impuesto medidas de emergencia sanitaria: Lavarse las manos constantemente, no estornudar sobre las manos, limpiar el mouse del computador, así como la pantalla y el teclado, evitar las aglomeraciones, evitar dar besos o abrazos a personas con síntomas de resfriado o alejarse prudentemente de ellas si uno es quien está con síntomas de resfriado, en algunos países se está extendiendo el uso de mascarillas (tapa boca) sin embargo, su uso no evita sino disminuye el contagio, el lavado de manos se ha demostrado que es el más efectivo. El 30 de abril la Organización Mundial de Salud elevó de 4 a 5 el nivel de alerta a raíz del brote epidémico (el nivel de alerta máximo es 6).
ALGO MÁS DE HISTORIA ...
La Gripe española (también conocida como la Gran pandemia de gripe, la Epidemia de gripe de 1918, La Pesadilla y La madre patria) fue una pandemia causada por un brote de Influenza virus A del subtipo H1N1 que mató entre 50 y 100 millones de personas en todo el mundo entre 1918 y 1919. La influenza es probablemente una de las más letales pandemias en la historia de la humanidad, otras pandemias importantes fueron las de la peste negra y la de la viruela que cuentan con hasta 20 millones de muertes en su historial. En el caso de la influenza, muchas de sus víctimas fueron adultos jóvenes y saludables, a diferencia de otras epidemias de gripe que afectan a niños, ancianos o personas debilitadas.
La enfermedad se observó por primera vez en Fort Riley, Kansas, Estados Unidos el 11 de marzo de 1918. Un investigador asegura que la enfermedad apareció en el Condado de Haskell, Kansas en enero de 1918. Los Aliados de la Primera Guerra Mundial la llamaron Gripe española porque la pandemia recibió una mayor atención de la prensa en España que en el resto del mundo, ya que España no se vió involucrada en la guerra y por tanto no censuró la información sobre la enfermedad.
La tasa de mortalidad de la pandemia de 1918/1919 no se conoce, pero se estima en el 2,5 - 5% de la población de la Tierra de aquel tiempo, y que el 20% padeció la enfermedad. La gripe pudo haber matado 25 millones de personas en las primeras 25 semanas; como comparación, el SIDA mató 25 millones en los primeros 25 años. Algunas estimaciones sitúan la cifra final de muertos en más de 50 millones, puede que incluso 100 millones. Se estima que en la India murieron 17 millones, aproximadamente el 5% de la población de aquella época, alcanzando una mortalidad del 20% de la población en algunas zonas. En el Ejército de la India, al menos el 22% de las tropas que se enfermaron murieron. En los Estados Unidos, cerca del 28% de la población padeció la enfermedad y de 500.000 a 675.000 murieron. En Gran Bretaña murieron 200.000; en Francia más de 400.000. En Alaska y Sudáfrica, murieron comunidades enteras. En Australia murieron unas 10.000 personas y en las Islas Fiji murió el 14% de la población en sólo dos semanas, mientras que en Samoa Occidental el 22%.
Tras registrarse los primeros casos en Europa, al parecer en Francia, ésta pasó a España, un país neutral en la guerra, siendo uno de los países más afectados con cerca de 8 millones de personas infectadas en mayo de 1918 y alrededor de 300.000 muertes (a pesar de que las cifras oficiales redujeron las víctimas a «sólo» 147.114). En México, el estado más afectado por esta epidemia fue el estado de Nuevo León, en el cual, del 1 de octubre al 15 de diciembre murieron 5.015 personas, cuando la población en el estado era de 336.000 habitantes.
Al no contar con antivirales los remedios que adoptaban los enfermos, muchas veces eran caseros, usándose las llamadas píldoras de la O, jarabe, flor de malva, manzanilla o té. Ahora que H1N1 Influenza A volvió, nos encuentra otra vez desprotegidos, sin contar con una vacuna específica, en un mundo globalizado que incide fuertemente en otro tipo de globalización: la de la enfermedad infecto-contagiosa.
Espero que tomen en cuenta las medidas de prevención y colaboren con su difusión. Cuídense mucho, consuman cítricos y vitaminas que les ayuden a mantener las mucosas saludables (naranjas, mandarinas, zanahorias, miel de abeja, etc), abríguense, y sobre todo mantengan la calma porque el estrés disminuye la inmunidad. Gracias por su paciencia en leerme! (aaaachú! es alergia nada más ...)
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