En la XVII Cumbre Iberoamericana, celebrada el 17 de noviembre de 2007, el silencio protocolar fue interrumpido por un airado presidente “sudaca” (así nos llaman algunos “spam-y-oles”), que reclamaba los derechos que él no respeta. Jamás ocurrió algo así, según los versados histeriadores, no, no me he confundido, histeriadores (de hister=útero). Me pregunto y ¿quién es el rey para mandar a callar a alguien?, en su tono de voz distinguí un airecito de superioridad que le da, supongo, el hecho de saberse azul como una cianobacteria o como la sangre de un pulpo. Francamente, por más que el pedante y atropellador presidente venezolano, haya estado fuera de lugar, peor quedó él porque los genes anti-spam que todos tenemos (aunque sea dormiditos) se despertaron y seguro que más de uno hubiera querido decirle “¿Y porqué no te callas tú?, deja que tu patrocinado se defienda chico, deja de meterte en la vida de los descendientes del dorado, o del Orinoco, o lo que fuera que no está en tus fronteras”.
Así como hay quien manda callar otros reivindican lo que la historia les legó, tratan de contrarrestar los abusos postmodernos de telefónica, aseguradoras, revisoras técnicas, etc. Cuánta razón tenía el sabio Salomón, que además era rey, el amoroso de los Cantares por inspiración divina aconsejó: “No respondas al necio de acuerdo con su necedad, para que no seas tú también como él. Responde al necio según su necedad, para que no sea sabio ante sus propios ojos”, por si quieren leer más está en el libro de Proverbios capítulo 26, en la Biblia.
¿No creen que es un buen consejo? agregaré que, la base de todo trato entre las personas debe ser el respeto.
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