miércoles, 21 de octubre de 2009

EDUCACIÓN PARA LA VIDA


Estas últimas semanas gran parte de la población peruana se ha dividido en dos grupos: Pro aborto y Anti aborto, de acuerdo a las noticias el grupo Anti aborto tiene un tinte claramente “religioso”, el grupo Pro aborto tiene un tinte de defensa de los derechos de la mujer: “Tenemos el derecho de decidir” pregonan en alta voz. Y la pregunta que flota en el ambiente es: ¿Penalizar o despenalizar el aborto?. La universidad no está lejos del debate, “¿Cómo vas a matar a un ser indefenso?” le decía una universitaria a su compañera y ella le respondió sin dudar: “¡Es que se te echa a perder todo tu futuro, aunque te duela tienes que hacerlo, no estás preparada!”. Un momento … el debate tiene un par de puntos: Si el aborto es eugenésico (malformación congénita) o si el embarazo es producto de una violación: embarazo no deseado, nadie está proponiendo (todavía) que se aborte al hijo “no deseado”; el solo llamarlo así me causa estupor, pero es como lo llaman cuando “echa a perder el futuro” de su madre.

Debido a mi formación de bióloga, estoy convencida que la vida es un don y un bien muy valiosos. Me preguntaba durante estos días: ¿Ganará algo la sociedad despenalizando el aborto eugenésico?, no, no ganará nada, en principio porque la incidencia de las malformaciones que se citan (fetos anencefálicos-sin cerebro o sin riñones, y alguno más, ojo: no precisados por los proponentes) son malformaciones incompatibles con la vida, eso significa que ellos NO NECESITAN SER “legalmente” eliminados, ya están condenados a morir, la incidencia de estos casos es estadísticamente muy baja. En el otro caso: producto de violaciones, estos son alrededor del 1%de los casos. ¿Puede una mujer traumatizada por el hecho de la violación, decidir si llevará su embarazo a término? ¿De qué depende en cada caso la decisión a tomar? Indudablemente, es la mujer, la madre quien decidirá qué hacer, ¿Con quién? … con su propio hijo, es la relación que de manera natural ha establecido con quien crece, bien o mal, en sus propias entrañas.

Por otro lado, el aborto terapéutico ya está despenalizado en el país; sin embargo, conozco al menos a una mujer, profesional ella, cuyo primer embarazo hacía peligrar su vida, el feto carecía de un riñón y el que quedaba no estaba bien desarrollado, por lo cual podía causar daño en la madre, los médicos le dijeron que siendo que su vida corría peligro podía acogerse al aborto terapeútico, ella no lo hizo, su testimonio es conmovedor, algo que recuerdo que me dijo fue: “Quería que mi hijo naciera porque así podía sepultarlo y visitarlo en su tumba, viste? Se portó bien mi chiquito, no me hizo ningún daño”. De igual forma, conozco a una muchacha, primera alumna de su clase en la secundaria, vivía en un lugar peligroso y un desalmado la violó y como resultado quedó embarazada, su familia estaba aterrada, le propusieron abortar pero lo aprendido en sus cursos formativos del colegio le sirvieron para tomar la decisión de continuar con su embarazo.

En ninguno de estos ejemplos hay un componente religioso, sino una firme convicción de RESPETO a la vida humana, y eso no se aprende en un año, no, es un proceso que se instala en el espíritu humano, está relacionado de manera directa con los valores y los principios que cada quien ha logrado durante su crecimiento como persona, y en situaciones como estas delata de qué madera está hecha una mujer sea joven o adulta. Pienso que aún si se logra despenalizar el aborto en los casos en cuestión las mujeres que estén convencidas que no es la salida para ellas, no usarán la supuesta legalidad, si no se despenaliza es igual quienes no estén convencidas del valor de la vida de su hijo, abortarán de manera "clandestina".

Por eso, es básico entender que la vida humana se inicia desde el mismo momento de la concepción, que se trata de una cuestión de tiempo que requiere el nuevo ser para formarse por completo, que nadie tiene derecho de decidir si el otro debe vivir. La vida no pregunta si la quieren o no, se manifiesta, lo llena todo, los campos, los mares, los árboles; alguna vez conversaba con uno que le dijo a su eventual pareja que abortara porque "él no estaba listo para afrontar esa responsabilidad", y la consecuencia de su acción fue la medida de su conciencia: “Tuvo que abortar" confesó.

Entonces, ¿Cuál es el problema?, el problema es que la despenalización bajo las circunstancias expuestas, no responde preguntas básicas; por ejemplo, en el caso de embarazo por violación: ¿Por qué castigar con la pena de muerte al hijo producto de la violación (INOCENTE) y no al responsable del embarazo? Y en el caso del aborto eugenésico ¿Cuál es el límite? Ahora son los fetos incompatibles con la vida (que la comisión no precisa en el documento elaborado), mañana serán los susceptibles a enfermedades?, en el caso del aborto terapéutico (que ya se despenalizó hace varios años): ¿Puede predecirse de manera exacta el daño que podría causarle el hijo intrauterino o ectópico a la madre? Al menos sé de un ejemplo en el que se equivocaron y al que ya hice referencia.

La pregunta general: ¿Se debe legislar para las minorías o excepciones o para las mayorías? Los casos en cuestión constituyen evidentemente las minorías. ¿Qué buscan en realidad los llamados movimientos feministas? Es notorio, buscan la legalización del aborto en general, o sea del hijo “no deseado”, que sería una verdadera masacre que atentaría contra la naturaleza humana, buscan “avanzar” aprobando el aborto eugenésico (“estas fallado, no mereces vivir) y el aborto en embarazos por violación (“lo siento pero para que mi trauma desaparezca tú debes desaparecer”). Una sociedad que pierde sensibilidad está expuesta a aceptar el aborto del hijo “no deseado”.

Estoy convencida que quienes tenemos respeto y afecto por el ser humano, al margen de su edad o su condición social, económica o biológica debemos iniciar una tarea docente que tenga como finalidad educar para la vida, no solo a las mujeres sino también a los varones sobre quienes recae la gran responsabilidad de respetarlas y prepararse para formar y dirigir una familia.

Por supuesto que no puedo dejar de mencionar a los inefables congresistas, representados en su Comisión Especial Revisora del Código Penal Peruano por haber lanzado la propuesta para despenalizar el aborto en las situaciones descritas. La Comisión después de un análisis “sesudo” llegó a la conclusión que se “debe” legalizar el aborto en casos de violación sexual o si se trata de fetos con malformaciones congénitas (no precisadas). Después de los escandalosos sucesos de los “lava pies” (pies sucios), los “plancha camisas”, las “roba luces” y demás luminarias congresales, este tema es una perfecta cortina de humo, esta vez no es humo gris sino rojo porque está en juego la sangre y el silencio de los inocentes.

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